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Presbicia o vista cansada

Presbicia o vista cansada

Casi 2.000 millones de personas la padecen en todo el mundo. En España, afecta hasta a un 80% de la población mayor de 55 años. Estamos hablando de la presbicia o vista cansada, uno de los problemas de visión más extendidos a nivel global y el primero en nuestro país. Por suerte, es muy fácil de corregir con gafas o lentillas progresivas. Sigue leyendo para descubrir todo sobre este defecto de refracción, sus síntomas y tratamientos.

¿Qué es la presbicia o vista cansada?

La presbicia, comúnmente conocida como vista cansada, es un defecto refractivo que hace que perdamos capacidad de enfoque a corta distancia. Al contrario que otros problemas como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, que surgen debido a un defecto en la forma del globo ocular, la vista cansada se da por la falta de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo.

Cuando somos jóvenes, el cristalino del ojo es muy flexible y es capaz de adaptarse rápidamente a distintas distancias. Pero con el paso de los años, se vuelve rígido y pierde capacidad de acomodación, haciendo que nos cueste más enfocar objetos cercanos. Dado que se trata de un defecto causado de forma natural por el envejecimiento del ojo, no se puede prevenir.

Síntomas de la presbicia o vista cansada

Hombre con presbicia leyendo un libro

Los síntomas de la vista cansada empiezan aparecer sobre los 40-45 años e incluyen:

  • Dificultad al enfocar de cerca: Empiezas a notar la visión borrosa al leer un libro, usar el móvil o consultar la etiqueta de los alimentos, y notas que las letras se amontonan o "bailan".
  • Extender el brazo: Necesitas alejar el libro o el móvil para ser capaz de leer (por algo se conoce a la presbicia como el "síndrome del brazo largo").
  • Necesidad de más luz: Te hace falta más luz que antes para leer con normalidad.
  • Fatiga ocular: Necesitas descansar la vista o hacer ejercicios para la vista y la fatiga visual más a menudo tras llevar a cabo ciertas tareas.
  • Dolores de cabeza: El esfuerzo visual al leer provoca dolor de cabeza de forma más habitual.

Tratamiento de la presbicia o vista cansada

Por suerte, la vista cansada es muy fácil de corregir hoy en día a través de distintos medios:

  • Gafas: El método más común de corrección óptica. Existen diferentes tipos de cristales según el caso: lentes monofocales para corregir sólo la vista de cerca, lentes bifocales con zonas diferenciadas para la visión lejana y la visión cercana, o lentes progresivas en la que la graduación cambia para ver correctamente a todas las distancias.
  • Lentes de contacto: Al contrario de lo que muchos creen, también existe una gran variedad de lentes de contacto progresivas o multifocales, que proporcionan una vista clara y fluida a todas las distancias, incluida la visión intermedia, además de una incomparable libertad de movimiento. Más adelante hablaremos de ellas. Otra opción para solucionar la presbicia es la monovisión con lentillas, que permiten al usuario combinar lentillas, no necesariamente multifocales, para remediar conseguir una visión nítida a diferentes distancias.
  • Cirugía refractiva: Hay varios tratamientos quirúgicos para corregir la vista cansada, como la cirugía láser LASIK, el implante de lentes intraoculares o lentes intracorneales, pero no todo el mundo es apto para esta cirugía de la presbicia.

¿Qué son las lentillas progresivas o multifocales?

Las lentillas progresivas, también llamadas multifocales, son la forma más práctica y cómoda de corregir la presbicia. Hace años la tecnología de estas lentes de contacto no estaba tan desarrollada como ahora, pero hoy en día prácticamente todas las marcas de lentillas ofrecen modelos para la vista cansada. En la misma lente se incluyen distintas graduaciones y dioptrías para corregir además la miopía o la hipermetropía (y en algunos casos, también el astigmatismo).

Existen lentes de contacto progresivas para todo tipo de usuarios, de ahí el auge en popularidad que están teniendo: lentillas diarias, mensuales y quincenales de los fabricantes líderes, como CooperVision, Alcon o Johnson & Johnson, que proporcionan una libertad de movimiento mucho mayor que las gafas y una vista sin obstrucciones. Sea cual sea tu graduación, hay unas lentillas para ti.


Si tienes más de 40 años, te empieza a costar leer el menú o te sorprendes extendiendo el brazo para mirar el móvil, es posible que sean los primeros síntomas de la presbicia. Asegúrate de acudir a la óptica o al oftalmólogo para graduarte la vista y monitorizar su evolución, ya que en algunos casos puede volverse más intensa con el paso del tiempo.

Recuerda que la graduación de lentillas progresivas es algo más compleja que la habitual, ya que debe adaptarse perfectamente a casa caso (en ocasiones a través de técnicas como la monovisión, en la que se gradúa un ojo para ver de lejos y otro para ver de cerca), por lo que incluye otros parámetros como la adición o el ojo dominante.

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