¿Se hunden los ojos por usar gafas?

Cómo evitar los ojos hundidos

• Maquillaje de ojos: Un buen maquillaje puede hacer milagros a la hora de disimular los ojos hundidos y pequeños. Usa un eyeliner negro desde el lagrimal hasta el exterior del párpado superior, haciendo la línea más gruesa a medida que avanzas para que el ojo parezca más grande. Para ampliar tu mirada, aplica una máscara de pestañas ligera con efecto abanico, sin pasarte o se apelmazarán y conseguirás el efecto contrario. El iluminador cumple un papel esencial a la hora de dar expresividad y tamaño a tus ojos. ¿Los puntos clave? El párpado inferior y el lagrimal.
• La montura correcta: Asegúrate de que la montura de gafas que eliges tiene el tamaño y la forma adecuada para tu cara. Las monturas demasiado grandes y gruesas hacen que tus ojos parezcan más pequeños ya que la distancia al ojo aumenta. Es mejor decantarse por unas gafas más pequeñas y finas para minimizar este efecto.
• Cristales reducidos: Afortunadamente, hoy en día existen tecnologías de reducción de cristales muy avanzadas. Por muchas dioptrías que tengas, ya no tendrás que usar unos cristales gruesos como los de culo de vaso antiguos. La parte negativa es que esta reducción suele disparar el precio de tus cristales, haciendo que el coste total de las gafas sea muchísimo más alto.
• Pásate a las lentillas: Muerto el perro, se acabó la rabia. No hay mejor forma de evitar los ojos encogidos que dejar de utilizar gafas y empezar a usar lentes de contacto. Pero las lentillas tienen muchas más ventajas, desde una visión periférica perfecta hasta una total libertad de movimiento. Sigue leyendo para descubrirlas todas.

Lentillas: adiós a los ojos hundidos y mucho más

Pasarte a las lentillas es la solución más práctica y cómoda de evitar directamente el efecto óptico de los ojos hundidos. Al colocarse directamente sobre la córnea, la distancia con el ojo es imperceptible y la imagen no se deforma, evitando ese antiestético resultado. Pero una buena lente de contacto es además tu mejor amiga en multitud de actividades. Descubre aquí todas las ventajas:

• Visión periférica perfecta: Con gafas, el campo visual está limitado al frente del globo ocular, donde se encuentran los cristales. Las lentillas acompañan al movimiento del ojo y el hueco de los laterales de las gafas desaparece, permitiéndote ver con total nitidez incluso a través del rabillo del ojo y proporcionándote un campo de visión total. Esto es lo que se conoce como visión periférica y es fundamental a la hora de conducir o hacer ejercicio, por ejemplo.
• Libertad total de movimiento: Seguramente recuerdes tantas y tantas situaciones en las que las gafas te han resultado un engorro: se ensucian, se resbalan por la nariz y tienes que reajustarlas cada dos por tres, se pueden caer o romper por un golpe... con las lentillas no tendrás ni uno de esos problemas. Podrás disfrutar de una libertad total y tendrás la certeza de que si estás haciendo deporte o cualquier actividad física, no va a haber nada que te limite.
• No se empañan: El sempiterno problema de las gafas, que no dejan de empañarse. No nos acordamos de lo importante que es el sentido de la vista hasta que de repente lo perdemos temporalmente. Como ya imaginarás, las lentillas no se empañan, lo cual se agradece cuando haces ejercicio, al cocinar (¿recuerdas lo que pasa al abrir el horno si llevas gafas?), cuando entras en un sitio cerrado después de estar en la calle o, en estos tiempos tan críticos, cuando llevas la mascarilla puesta.
• Sin brillos y reflejos: Pensarás que no es para tanto, pero son las pequeñas molestias las que al final hacen que la experiencia sea mucho más incómoda. Con las lentes de contacto olvídate de tener que cambiarte de sitio para evitar un reflejo o de brillos incómodos al trabajar con el ordenador. Y notarás la diferencia.
• Te permite ahorrar: El mercado de las lentillas ha evolucionado mucho y, al contrario de lo que muchos piensan, usarlas no es nada caro, sobre todo si tienes una graduación alta y necesitas cristales especiales. Existen muchos tipos de lentillas y con toda seguridad hay unas para ti. Si quieres empezar poco a poco, las lentillas diarias son tu mejor opción: más fáciles de manejar, más cómodas e higiénicas y te olvidas de líquidos y mantenimiento. Además, si vas a usarlas de forma esporádica para compatibilizarlas con las gafas, una caja de 30 puede durarte muchos más días, ahorrándote un precioso dinerito.