Es la comidilla del mundo del baloncesto: cuando en una entrevista en The Athletic le preguntaron por su espectacular rendimiento en las últimas semanas, Stephen Curry, jugador de la NBA en los Golden State Warriors de Oakland, tuvo clara su respuesta: había empezado a usar lentillas. "Lo digo en serio" tuvo que aclarar, "es como si un nuevo mundo se me hubiera descubierto".
Antes, su promedio de aciertos en triples era de un 42,9%; tras empezar a llevar lentes de contacto, esta cifra ha ascendido a un 48,7%. Lleva 9 partidos consecutivos con un mínimo de 5 triples convertidos y ha anotado 56 tiros de 115 intentos desde la línea de tres puntos, una cifra vertiginosa para un jugador con datos ya de por sí espectaculares.
Desde que debutara en la NBA en 2009, Stephen Curry ha sido un pilar fundamental de los Golden State Warriors. A sus 31 años:
Con este historial, el futuro se presenta aún más pavoroso para sus rivales. Pero entonces, ¿qué es lo que había estado limitando todo el potencial de Stephen Curry antes de empezar a usar lentillas? La respuesta es el queratocono.
El queratocono es una enfermedad que hace que la córnea, la parte transparente frontal transparente del ojo, se abulte y tenga forma cónica en lugar de redondeada. Debido a esta anomalía, la luz que entra en el ojo se desvía más de lo habitual, resultando en una visión defectuosa. En el caso de Curry, el queratocono le causa astigmatismo, y por eso necesita utilizar lentillas tóricas.
El queratocono suele iniciarse en la adolescencia y estabilizarse sobre los 30. Stephen Curry tiene 31 años, ¿cómo es posible que no se haya dado cuenta hasta ahora? En realidad, algo sospechaba: “Me había acostumbrado a entrecerrar los ojos y a forzar la mirada durante tanto tiempo que ya me parecía lo normal”, aseguraba en la entrevista.
No nos cansamos de repetirlo: revisarse la vista con frecuencia es esencial. Una revisión oftalmológica no sólo sirve para localizar cambios en tu graduación o enfermedades oculares como el queratocono y el glaucoma, sino que también detecta indicios de otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Para mayores de 16 años se recomienda una revisión cada 2 años; para mayores de 60, una revisión anual. ¿No recuerdas cuándo te hiciste la última? Pide cita ahora mismo.
Hay tantos modelos de lentillas como tipos de usuario, por eso es importante que utilices las adecuadas para tu caso concreto. Si tienes miopía o hipermetropía, las lentes de contacto esféricas estándar te valdrán. Si, como Curry, además padeces astigmatismo, necesitarás lentillas tóricas. En el caso de usuarios con presbicia, también hay disponibles lentillas progresivas (¡sí, existen!)
Pero las lentes de contacto no sólo se adaptan a tu defecto de visión, sino también a tu estilo de vida. Por ejemplo, las lentillas diarias son ideales si sólo las utilizas esporádicamente. Si, por el contrario, las llevas puestas todos los días, quizá te convengan más las lentillas mensuales. Para un punto medio, también existen las lentillas quincenales. Como ves, hay una lentilla para ti.
Tanto si corres en el parque de manera ocasional como si juegas al fútbol cada semana, lentillas y deporte son siempre una combinación ganadora. No sólo resulta una opción más cómoda y segura, ya que son más estables y menos aparatosas que las gafas en caso de choque, sino que también te proporcionan una visión periférica más clara, ofreciendo un mayor campo de visión. Además, existen muchas lentillas con filtro UV para proteger tus ojos de los rayos ultravioleta del sol, algo fundamental al ejercitarse al aire libre.
Si nunca te lo habías planteado y te apetece darles una oportunidad, puedes empezar con unas diarias y probar estas lentillas de prueba gratis. Quién sabe, ¡a lo mejor eres el próximo Stephen Curry y nunca te había dado cuenta!