¿Qué pasa con las lentillas cuando hace frío? Seguro que te lo has planteado alguna vez: hace mucho frío fuera y, mientras buscas el abrigo, te preguntas si las lentillas que tienes en el bolso o en el baño podrían verse afectadas por las bajas temperaturas.

La buena noticia es que si ya las llevas puestas, no tienes nada de qué preocuparte. Tus ojos mantienen una temperatura estable de unos 34–35 °C, suficiente para que el frío no afecte a las lentillas.

La película lagrimal actúa como barrera natural y protege el material de las lentes de contacto. Así que, aunque salgas a la nieve, esquíes o camines en un día muy frío, el calor de tu cuerpo evita que se congelen.

Eso sí, la situación cambia si hablamos de lentillas nuevas, que aún están en su envase original. Las lentillas blandas vienen en una solución salina que contiene principalmente agua, la cual puede congelarse a unos –10 °C. Por eso, si dejas una caja de lentillas en el coche durante la noche o en un lugar muy frío, tanto el líquido como las lentillas se pueden congelar. Es raro, pero puede pasar, especialmente en zonas con temperaturas extremas.

¿Qué hacer si las lentillas se han congelado?

Cuando las lentillas se congelan, dentro del blíster o del líquido pueden formarse pequeños cristales de hielo. Esto puede hacer que se vuelvan rígidas, frágiles o se vean algo opacas. Lo bueno es que, si el envase está sellado, normalmente recuperan su forma y transparencia al volver a temperatura ambiente.

Si se congelaron dentro del blister cerrado, es poco probable que se hayan dañado. No importa si son lentillas diarias, multifocales o tóricas para astigmatismo: después de descongelarlas, se pueden usar sin problema.

En cambio, si se congelaron fuera del envase o en un estuche, el material puede haberse alterado y comprometer tu salud ocular. En ese caso, es mejor no arriesgar y usar un par nuevo.

Recomendaciones antes de usarlas:

Déjalas descongelar de forma natural a temperatura ambiente (evita radiadores, microondas o agua caliente).

Sustituye el líquido antiguo por una solución salina o desinfectante nueva.
Revisa cada lente cuidadosamente. Si está rígida, áspera o turbia, no la uses. Ante la duda, mejor opta por otra.

Con estos cuidados, puedes evitar problemas incluso si se han congelado.

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¿Las lentillas se pueden congelar?