"Come zanahoria, que es muy buena para la vista". Seguro que has escuchado esta frase en boca de tus padres miles de veces mientras trataban de convencerte de que te terminaras un plato que (casi con total seguridad) no te entusiasmaba. ¿Pero es esta creencia popular cierta? ¿Es el consumo de zanahorias tan esencial para una buena salud ocular como dicen? Bueno, sí y no. Sigue leyendo para descubrir la realidad de esta verdad a medias.
Las zanahorias son alimentos ricos en betacaroteno, un precursor de la vitamina A. Esta sustancia carotenoide no sólo confiere a las zanahorias su característico color naranja, sino que contribuye a reforzar los ojos y a tener una buena visión. La vitamina A es una de las vitaminas para la vista más importantes, tanto que los nutricionistas la llaman "retinol", en referencia directa a la retina del ojo: ayuda a prevenir la degeneración macular asociada a la edad, las cataratas y el ojo seco.
Una deficiencia de vitamina A puede generar ceguera nocturna. Sin embargo, en nuestra zona del mundo no es habitual esta carencia ya que tenemos una dieta que incluye muchos otros alimentos fuente de vitamina A, a veces incluso con más alto contenido: leche, queso, espinacas, guisantes, coles, etc., además de suplementos con luteína, como Ocuvite Lutein.
En resumen, las zanahorias pueden contribuir a tener un salud visual de hierro ya que técnicamente sí son buenas para los ojos. Pero por sí mismas no son esenciales ni mejoran especialmente la vista, y mucho menos corrigen defectos refractivos como la miopía o la hipermetropía. Para ello, nada como un buen par de lentillas.
El mito de que las zanahorias son buenas para la vista se originó, por increíble que parezca, en la Segunda Guerra Mundial. Durante la batalla de Inglaterra, las fuerzas aéreas británicas (RAF) desarrollaron un radar muy avanzado ('Airborne Interception Radar') que permitía a sus pilotos detectar a los bombarderos nazis con antelación y abatirlos.
Para evitar que el ejército alemán sospechara de la verdadera razón detrás del repentino aumento de aviones derribados, el gobierno británico puso en marcha una enorme campaña de propaganda y desinformación: hicieron correr el rumor de que sus pilotos consumían muchas zanahorias para aumentar su agudeza visual, lo que les permitía mejorar su puntería hasta en plena oscuridad. Además, distribuyeron posters y publicaron anuncios en periódicos que recomendaban comer zanahorias para sobrellevar mejor los apagones durante los bombardeos alemanes.
No sabemos con seguridad si la inteligencia alemana se tragó el bulo, pero parece que la población sí, ya que la creencia popular se ha extendido hasta nuestros días y más allá del Reino Unido. Así que ahora que conoces la verdad, la próxima vez que tus padres te ofrezcan un zumo de zanahoria y te digan que es bueno para la vista, no te enfades, seguramente sea con buena intención.
