Los sistemas de peróxido de hidrógeno para lentes de contacto tienen un poder de desinfección mayor que el de las soluciones únicas. Además, a diferencia de otros tipos, los líquidos de lentillas de peróxido no contienen conservantes, lo que los convierte en una fantástica opción para aquellas personas alérgicas o con ojos muy sensibles.

Es importante que utilices una solución de peróxido sólo si te lo recomienda tu óptico, ya que hay que tener cuidado al utilizarla: estos líquidos suelen contener sobre un 3% de peróxido, que no es más que agua oxigenada, y requiere de neutralización. Esta neutralización se suele hacer de dos maneras: con un disco catalizador integrado en el portalentillas o con unas pastillas. Ambos elementos, al entrar en contacto con el líquido, desencadenan la reacción que limpiará nuestras lentes de contacto de los depósitos de proteínas y neutralizará el peróxido de hidrógeno.

Si no se neutraliza el peróxido, esta solución puede dañar muy seriamente tus ojos, por eso es importante asegurarse de que se ha llevado a cabo el proceso de neutralización y durante el tiempo mínimo, que suele ser de 6 horas. Por este mismo motivo tampoco deben enjuagarse las lentillas con este producto bajo ningún concepto. Existen otros productos con ese propósito, como las soluciones salinas, que veremos más adelante.

Las soluciones de peróxido de hidrógeno se pueden utilizar con todo tipo de lentillas blandas, también las de hidrogel de silicona, pero no se recomienda para las rígidas permeables al gas, ya que, como hemos comentado, requieren de otras rutinas.

Tipos de líquidos para lentillas: ¿cuál escoger?